martes, 9 de marzo de 2010

LA ESFINGE

LA ESFINGE
Fernand Khnopff


Algo sobre el autor.


Fernand Khnopff, nación en Grembergen-lez-Termonde (Bruselas), en 1858 y muere en 1921, es uno de los pintores belgas en donde sus obras se encuentran enmarcadas dentro de la corriente del Simbolismo y la estética decadente.

Inició estudios de derecho en la Universidad de Bruselas, pero lo abandonó para ingresar a la Academia de Bellas Artes, teniendo como tutor a de Xavier Mellery, quien orientó a Khnopff hacia la estética simbolista. En 1877 viajó a París, donde admiró las obras de Delacroix, Gustave Moreau y los prerrafaelitas.

Recibió la influencia de Edward Burne-Jones, pintor británico, con el cual establecería una estrecha relación de amistad por lo que le dedica la pintura “Estudio Femenino” de 1896.

Se interesó por el ocultismo. Durante su vida Khnopff llegó a ser considerado un auténtico árbitro del gusto y las tendencias artísticas de Bruselas, contrastando cuadros personales y crípticos de los relatos de la sociedad belgas de ese entonces.

Durante la Primera Guerra Mundial permaneció en Bruselas, acompañado de la soledad y la auto-reclusión.

Su obra

Las obras de Khnopff son una alusión a la huida y a la negación del mundo tangible, por ello intenta a través de lo onírico plasmar en sus óleos un mundo lleno de metáforas comunicando al más allá de la superficie pictórica, ya que la pintura es un medio, en donde Khnopff intenta vincular a la persona, a la pintura y por su puesto al autor.

Además los cuadros de Khnopff, representan a su “YO” en donde mezcla y entrelaza las fuentes de su simbolismo en el óleo terminando con una interpretación casi imposible de describirlo, puesto que su técnica es preciosista y minuciosa.




LA ESFINGE.

Khnopff en su lienzo, pretende transmitir a través de una esfera rodeada de tranquilidad y satisfacción, el deseo y la seducción de la esfinge hacia un mortal. Pero también proyecta una preocupación sobre la separación del hombre y la naturaleza a raíz del individualismo del hombre y la despreocupación para salvarla.

Sin embargo, la esfinge logra representar la conciliación del mundo animal con el mundo del ser humano para expresar la igualdad y lo tan cercanos que somos a ellos es decir, se conjuga la razón y los instintos para demostrar que animales y hombre pueden vivir en un mundo donde se protejan mutuamente, dejando atrás toda pretensión onírica.

Finalmente, el lienzo visto desde otra perspectiva simboliza el deseo, el placer y la satisfacción que produce la imaginación hacia algo que en el mundo terrenal no puede ser otorgado.



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