Una gota que cae en nuestros rostros jamás la recuperaremos. La Cuarta Guerra Mundial, afirman, que será por el agua, nuevamente las potencias mundiales se encontrarán terriblemente armadas para luchar por una gota de agua. Ahora, la sed, no se desprende del pensamiento del hombre, su objetivo es apropiarse de este recurso para su consumo y lo restante para venderlo a elevados precios.
A causa de los procesos de modernización, este líquido poco a poco se está reduciendo; los derrames de petróleo son cada vez más frecuentes y destructores, miles de especies han muerto y el ser humano enferma con frecuencia.
A menudo se escucha que, pronto no tendremos agua, los países comprarán este recurso a los países subdesarrollados pero ¿creen qué será por lo legal? No, pues todo lo arrebatado lo “comparten” en nombre de la humanidad; y si la guerra se presenta el discurso será el mismo.
Pero, está en cada persona el cuidado y el trato al agua. Acciones como ducharse, lavar el auto, regar las plantar en exceso produce lentamente escasez de agua; quizá son maniobras insignificantes pero, que con el transcurso de los años este efecto será evidente.
Seguramente, pocos de nuestra generación vivirá para sentir estos efectos pues el racionamiento llegará a extremos dramáticos y dejaremos de disfrutar beber un vaso de agua.
A causa de los procesos de modernización, este líquido poco a poco se está reduciendo; los derrames de petróleo son cada vez más frecuentes y destructores, miles de especies han muerto y el ser humano enferma con frecuencia.
A menudo se escucha que, pronto no tendremos agua, los países comprarán este recurso a los países subdesarrollados pero ¿creen qué será por lo legal? No, pues todo lo arrebatado lo “comparten” en nombre de la humanidad; y si la guerra se presenta el discurso será el mismo.
Pero, está en cada persona el cuidado y el trato al agua. Acciones como ducharse, lavar el auto, regar las plantar en exceso produce lentamente escasez de agua; quizá son maniobras insignificantes pero, que con el transcurso de los años este efecto será evidente.
Seguramente, pocos de nuestra generación vivirá para sentir estos efectos pues el racionamiento llegará a extremos dramáticos y dejaremos de disfrutar beber un vaso de agua.
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