domingo, 9 de mayo de 2010

MEIRA DELMAR

Poeta colombiana nacida en Barranquilla en 1922. Hija de inmigrantes libaneses fue bautizada con el nombre de Olga Chams Eljach, que en su juventud lo abandona para adoptar el seudónimo de Meira Delmar, poniendo en consideración sus primeros poemas a las revistas cubanas.

Realizó sus estudios en el Conservatorio Pedro Biava. Profesora del Historia del Arte y Literatura. La universidad Atlanticense le confirió el doctorado de Honoris Causa en Letras. Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua además, dirigió la Biblioteca Pública del Atlántico.
Falleció en Marzo de 2009.

Su poesía se caracteriza por una dulce sensualidad, alude al amor, eleva su corazón apelando a la sensibilidad del lector además, su poesía evoca la esperanza y el sueño. Con un suspiro Meira Delmar arrebata alegremente recuerdos de amores que guardados en sí mismos provocan añoranza y tristeza. Aunque, no todos sus poemas son de amores, existente también poemas referentes a la madre, a la amistad por lo que sus obras han sido agrupadas en los siguientes libros: «Alba del olvido», «Sitio del amor», «Verdad del sueño», «Secreta isla», «Reencuentro», «Laúd memorioso», «Huésped sin sombra», «Alguien pasa» y «Viaje al ayer»



Reminiscencia

Un breve instante se cruzaron
tu mirada y la mía.
Y supe de repente
-no sé si tú también-
que en un tiempo
sin años ni relojes,
otro tiempo,
tus ojos y mis ojos
se habían encontrado,
y esto de ahora
no era más que un eco,
la ola que regresa,
atravesando mares,
hasta la antigua orilla.

Allá

Si acaso al otro lado de la vida
otra vez, por azar, nos encontramos,
¿se reconocerán nuestras miradas
o seremos tan sólo un par de extraños?
De todos modos te amaré lo mismo.
Juntos. O separados.
Breve

Llegas cuando menos
te recuerdo, cuandomás lejano parecesde mi vida.
Inesperado como
esas tormentas que se inventa
el viento
un día inmensamente azul.
Luego la lluvia
arrastra sus despojos
y me borra tus huellas.

De paso

No es el tiempo
el que pasa.
Eres tú
que te alejas
apresuradamente
hacia la sombra,
y vas dejando caer,
como el que se despojade sus bienes,
todo aquello que amaste,
las horas
que te hicieron la dicha,
amigos
en quienes hubo un día
refugio tu tristeza,
sueños
inacabados.
Al final, casi
vacías las manos,
te preguntas
en qué momento
se te fue la vida,
se te sigue yendo,
como u hilo de agua
entre los dedos.

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